viernes, 15 de marzo de 2013

Aranis - Made in Belgium (2012)



Toca hablar hoy de un grupo nuevo en el blog, lo cual siempre es refrescante. En los últimos años se ha extendido el uso de una curiosa etiqueta, especialmente en los círculos de seguidores del rock más vanguardista, como es la de “rock de cámara”. No es fácil dar una definición suficientemente precisa de ese estilo ya que dentro del mismo se engloban artistas del más diverso pelaje. Muchos relacionan el “rock de cámara” con otra etiqueta igualmente resbaladiza como es la del “rock en oposición” aunque las diferencias, si se enumeran, podrían superar ampliamente el número de los parecidos. En cualquier caso, ambos términos han sido empleados para definir la música de los belgas Aranis.

El grupo surge en Amberes, donde varios músicos de conservatorio se juntan para hacer algo diferente. La lista de influencias que aparece en su página web nos muestra bien a las claras lo heterodoxo de su mundo musical apareciendo en ella nombres tan estilísticamente alejados como Univers Zero, Astor Piazzolla, John Zorn, Sigur Ros, Radiohead, Keith Jarrett, Stravinsky, Bartok, John Cage, Philip Glass, Simeon Ten Holt, Wim Mertens o Arvo Pärt por citar sólo un puñado de propuestas.

Centrándonos en Aranis, su música tendría muchos puntos en común con la de algunos artistas habituales en el blog como serían Yann Tiersen o Jean Philippe Goude, es decir, melodías con un punto minimalista, un importante sustrato rock como elemento cohesivo de la mezcla e instrumentaciones clásicas, fundamentalmente acústicas. Su formación actual es la siguiente: Liesbeth Lambrecht (violín y viola), Marjolein Cools (acordeón), Stijn Denys (guitarra), Ward De Vleeschhouwer (piano) y Joris Vanvinckenroye (contrabajo). En el disco del que hoy vamos a hablar, el último publicado por el grupo, aparecen en temas concretos Jana Arns (flauta y voz, además de integrante del grupo desde sus inicios), Trey Gunn (touch guitar) y Pierre Chevalier (pianista de Univers Zero). Aunque lo habitual es que Aranis interpreten fundamentalmente música propia, en “Made in Belgium” hacen lo que el título parece anunciar: tocar música de compositores belgas, entre los que, lógicamente, se cuentan los propios miembros del grupo.

Aranis. Poco más que añadir.

“Nonchalance” – Abre el disco una extraordinaria pieza de Jan Kuijken miembro de Louise Avenue. La composición comienza con un poderoso ritmo de cello al que se incorporan acordeón y flautas casi de inmediato. Es el piano el que repite la frase rítmica a continuación antes de volver a la secuencia inicial. Siguiendo el mismo esquema continúa la pieza un interludio de contrabajo, piano y flauta con aire de tango que precede a un segmento final con el violín como protagonista. El tema no da ni un respiro al oyente y termina como empezó, con una vuelta a los compases del comienzo.



“Le Feu” – A continuación escuchamos una obra del violinista Wouter Vandenabeele, miembro de diversas formaciones belgas. Curiosamente seguimos con aires de tango con influencia minimalista. El contrabajo es el principal elemento rítmico y no sólo, como cabría esperar, a través de sus cuerdas sino llegando a ser percutido en determinados momentos.  La composición tiene una gran riqueza rítmica y combina distintos ambientes de forma magistral, pasando de momentos de una tensión casi cinematográfica con paisajes más reflexivos que remontan el vuelo con agilidad para meternos en espirales desenfrenadas de la mano del acordeón hasta desembocar en fragmentos absolutamente “piazzollianos”.

“Inara” – El pianista Ward De Vleeschhouwer es quien tiene el honor de mostrarnos la primera composición propia de un miembro del grupo de las que aparecen en el disco. Si la expresión “rock de cámara” tiene algún sentido es por piezas como esta que, bajo una apariencia clásica, esconden una verdadera alma rockera que se muestra especialmente en la primera parte con protagonismo de la guitarra y que vuelve a quedar de manifiesto tras un breve interludio en la parte central.

“Gentlemen of Leisure” – Quizá la figura belga más conocida fuera del ámbito de su país, al menos en estos tipos de música, sea la de Wim Mertens, conocido de sobra de los lectores del blog. No podía faltar, por tanto, en un disco centrado en compositores de ese país y es, además, el único representado por partida doble. Tanto su “Gentlemen of Leisure” como el segundo tema que aparece en “Made in Belgium” han sido comentados ya por aquí por lo que lo único que podemos señalar es que la versión de Aranis es magnífica y muy fiel al original.

“Where is Grommit?” – El contrabajista Arne Van Dongen es el autor de la siguiente pieza de la colección, una misteriosa composición que se abre con una nota grave de cello sostenida de modo prolongado cuyo estatismo sólo se ve interrumpido por unas lúgubres notas de flauta y piano. Enseguida la pieza da un giro y se adentra en terrenos propios de un folclore imaginario de un lugar mágico donde las influencias de la Europa del este, celtas, balcánicas y clásicas se mezclan como si hubiesen estado juntas toda la vida.

“Le Mar t’ Eau” – Geert Waegeman, violinista, es el siguiente nombre de la lista. Aparece con una composición muy peculiar y rítmica, basada en una especie de ostinato en tonos graves sobre el que se va añadiendo el resto de intrumentos, flauta, piano, violín (en pizzicato, principalmente) hasta conformar un intrincado tapíz con algunas reminiscencias de Roger Eno, por poner un ejemplo reconocible.

“Short Story” – Continuamos con una obra de Luc De Gezelle, que mezcla un post-minimalismo al estilo de Jean Philippe Goude con sobresaltos rítmicos propios de las vanguardias del pasado siglo en una miniatura que no llega a los dos minutos de duración.

“L1” – Joris Vanvinckenroye firma en su calidad de contrabajista de Aranis la siguiente composición del disco. Una de las características más notables de todo el trabajo es que, contrariamente a lo que suele pasar, el hecho de que una pieza la firme un instrumentista concreto no quiere decir que sea su herramienta de trabajo la que ocupe el papel protagonista. Éste es uno mas de los ejemplos de esto que decimos. Sólo en algún momento puntual es el contrabajo el instrumento destacado siendo la pieza absolutamente coral.

“Salernes” – Segunda pieza de Wim Mertens en el disco. A diferencia de la anterior, esta sí que nos muestra parte de la personalidad de Aranis en su lectura de un tema clásico de uno de nuestros compositores favoritos aunque sin perder nada de la esencia de la composición original. En nuestra opinión es una interpretación que compite en igualdad de condiciones con cualquiera de las grabadas por su autor.

“Bulgarian Flying Spirit Dances 2” – Junto a Mertens, quizá la formación más conocida de Bélgica sea Univers Zero. Daniel Denis, uno de sus integrantes es quien nos deja aquí un tema propio que es un fiel reflejo de su título: una pieza de influencia búlgara que pasaría sin problemas por una composición perteneciente al folclore de aquel país, llena de ritmo y movimiento a lo largo de la cual los miembros de Aranis hacen gala de su destreza interpretativa, fuera de toda duda.

“Viaggio fra due fini” – El momento más cercano a la música contemporánea más vanguardista nos lo ofrece este tema escrito por el guitarrista Dick van der Harst, especialmente en su primera mitad en la que podemos escuchar elementos propios de la música de Messiaen o Ligeti. Mediado el tema, entramos en una sucesión de ritmos desencadenados con cierto aire folclórico y un trasfondo cercano a determinadas obras de John Cage. Una composición, en suma, tan interesante como el resto de la selección realizada por Aranis para el que es su quinto disco de estudio.

“Ersatz” – Cerrando la serie, encontramos la contribución de Roger Trigaux, miembro de Present. En cierto modo, se trata de una pieza de las mismas características de la anterior, con formas vanguardistas cercanas a la clásica más contemporánea y espíritu rock. Más o menos lo que se entiende que debería ofrecernos un grupo bajo la etiqueta de “rock de cámara”.

No vamos a ocultar que llegamos a Aranis a través de este disco y atraídos por la presencia de Wim Mertens entre los músicos cuyas obras se interpretan aquí. La sorpresa vino al descubrir una escena belga mucho más rica y desconocida para nosotros hasta entonces (aunque en los comentarios del disco, se dice que esta escena es mucho más célebre fuera de las fronteras de la propia Bélgica que en el extranjero). El hecho de descubrir en la música de Aranis muchos de los rasgos comunes a varios de nuestros músicos favoritos ha encendido todas las alarmas y nos disponemos a aventurarnos en el resto de su aún corta discografía. Si lo que encontramos en ella nos agrada tanto como este “Made in Belgium”, no tengáis duda de que volverán a aparecer por aquí. Por el momento, si queréis darles una oportunidad, el disco está disponible en los enlaces de costumbre:



Podeis escuchar fragmentos del disco en bandcamp.com

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