domingo, 22 de septiembre de 2013

Blackfield - Blackfield IV (2013)



La decisión de Steven Wilson de centrarse en su carrera en solitario por encima de otros proyectos en los que solía colaborar, ha tenido su primera víctima en el parón sufrido por su banda principal, Porcupine Tree, pero hay algún que otro daño colateral más. Por ejemplo: apenas aparecido el disco “Welcome to My DNA” de Blackfield, Aviv Geffen anunció que ya estaba trabajando en uno nuevo lo que obligó a Wilson a declarar que su participación en ese hipotético disco sería testimonial.

En el fondo, no estamos ante una gran diferencia con respecto a otros lanzamientos del grupo ya que la fuerza motriz principal de Blackfield siempre fue Geffen limitándose Wilson a un rol secundario con una participación menor en cuanto a la composición de las canciones. Según apunta Steven en distintas entrevistas, lo que Aviv Geffen quería hacer con Blackfield no le permitía colaborar como hasta entonces. La idea del israelí era grabar un disco e iniciar una larga gira con el mismo, algo que chocaba con las intenciones de Wilson para con su propia carrera ya que, en ningún caso iba a poder compatibilizar una gira con Blackfield con ninguno de sus otros proyectos (recordemos, discos en solitario, giras propias, producciones para otros artistas, remasterizaciones de clásicos del rock progresivo, etc). Wilson se apartó a un lado y Geffen, que dispone de más tiempo libre (fue jurado de “La Voz” en la versión de Israel) y había seguido publicando discos en solitario con su propio nombre, optó por continuar adelante con la etiqueta Blackfield, quién sabe si adoptándola ya como propia en un futuro.

Uno de los motivos principales que esgrimió Wilson a la hora de reducir drásticamente su implicación en el disco es que, si este iba a ir seguido de una gira, tendría poco sentido que la voz principal en los conciertos no fuera el mismo del CD. Geffen, por su parte, tenía otra idea al respecto y contó, no sólo con la voz del que fuera líder de Porcupine Tree sino con la de varios artistas invitados, vocalistas de peso en bandas importantes como eran Vincent Cavanagh, de Anathema, Brett Anderson, de Suede o Jonathan Donahue, de Mercury Rev aunque, evidentemente, ninguno de ellos iba a estar disponible para girar con el israelí.

Nos sorprende especialmente una omisión en los créditos del disco (al menos en la edición normal, que es la que tenemos en nuestro poder): Aunque Blackfield siempre había sigo el proyecto conjunto de Geffen y Wilson, lo cierto es que había un núcleo de músicos israelíes más amplio que aparecían en todos los discos anteriores. Aunque siguen participando en “Blackfield IV” según hemos podido averiguar, no aparecen por ningún lado en el libreto del CD. Los créditos al completo debería incluir, aparte de los citados vocalistas invitados a Aviv Geffen (voz, guitarra y teclados), Steven Wilson (voces y guitarras), Seffy Efrati (bajo), Tomer Z (batería y percusión) y Eran Mitelman (piano, teclados).

Aviv Geffen, líder de Blackfield

“Pills” – Guitarra acústica y mellotrón son los acompañamientos de las voces de Wilson y Geffen en los primeros instantes de una canción magnífica, heredera perfecta del estilo de la banda. Un estribillo perfecto, armonías vocales impecables y una factura impecable para un tema que, a pesar de su brevedad (nota común a todos los del disco, por otra parte) reúne elementos progresivos y algún toque de metal.



“Springtime” – Continuamos con un tema pop de corte épico inducido por los arreglos de cuerda, realmente solemnes y muy acertados. Geffen es mucho más directo en este trabajo y esto se nota en canciones como esta en las que se va al grano, sin extenderse en introducciones ni pasajes instrumentales. La canción termina demasiado pronto dejandonos con ganas de más.

“X-Ray” – Vincent Cavanagh hace su aparición en esta balada de aire melancólico y tintes románticos. Un tema pop algo facilón que no termina de convencernos. Quizá las expectativas con Blackfield siempre son muy altas pero creemos que a cortes como este les falta algo para alcanzar el nivel medio de otros lanzamientos de la banda.

“Sense of Insanity” – El dúo Geffen / Wilson vuelve a tomar las riendas vocales en este tema. Se trata de una canción muy interesante en su primera parte pero que experimenta un giro hacia los U2 de “The Joshua Tree” una vez superado el estribillo que no le hace ningún favor. No estamos diciendo que sea una mala canción. Muy al contrario, nos parece de las más destacadas del disco pero hay una búsqueda, quizá inconsciente, de el estribillo épico, de la frase reconocible, que no era tan notoria en otros discos de la banda. El coro final es una prueba de eso que decimos.



“Firefly” – El “frontman” de Suede, Brett Anderson es el encargado de cantar la siguiente canción del disco. Geffen le reserva un tema muy enérgico y atractivo que tiene todo el potencial para convertirse en una de las insignias del disco con una batería omnipresente y unas cuerdas muy acertadas que se complementan a la perfección con los teclados electrónicos. Suena como un paso más en la evolución del sonido de Blackfield y, por ello, nos parece el tema más prometedor.

“The Only Fool is Me” – Jonathan Donahue es el último de los vocalistas invitados en aparecer y lo hace con una balada fragil en la que sólo el arpa y unas delicadas cuerdas hacen de acompañamiento. El tema tiene un delicioso e indisimulado aire a los Beatles que le viene muy bien. Otro de los grandes momentos del disco.

“Jupiter” – Llegamos al único de los temas del disco en los que Wilson canta en solitario. Continuando con la influencia de los Beatles, la batería y el piano del comienzo podrían haber tenido cabida en cualquiera de los discos de la última etapa del cuarteto de Liverpool. Sin embargo, le falta algo para alcanzar la magia que tienen otros temas de Blackfield de discos pasados. Es una canción correcta pero siempre esperamos más de Geffen.



“Kissed By the Devil” – Geffen en solitario dirige una canción muy progresiva, con una mezcla de elementos de algo parecido al “power pop” y teclados absolutamente “floydianos”. A nuestro juicio, es uno de los temas más interesantes aunque no estamos del todo convencidos de que está correctamente resuelto.

“Lost Souls” – La pieza más guitarrera del disco vuelve a juntar las voces de Geffen y Wilson. Se trata de un corte rockero con mucho potencial comercial que podría sonar en cualquier FM convencional y hacer fortuna. Aviv Geffen demuestra tener talento más que sobrado para hacer estas cosas casi sin despeinarse.

“Faking” – Acercándonos al final nos encontramos con otra de esas canciones que llevan el sello de Blackfield grabado a fuego. Un tema espectacular que resume en unos pocos minutos todo el buen hacer de un Geffen que sabe hacer muy bien las cosas. Los arreglos orquestales son, sencillamente, magníficos. Otro de los puntos culminantes del disco.

“After the Rain” – El final de este “Blackfield IV” es algo desconcertante por cuanto se trata de un tema fundamentalmente electrónico a base de ritmos programados sobre el que sólo escuchamos la voz de Geffen tratada electrónicamente. Extraño final para un disco que nos despierta sentimientos encontrados.


Tras concluir la escucha del disco, lo primero que pensamos es que nos hemos quedado con ganas de más. Que se nos ha hecho corto. Lo segundo no es una mera sensación ya que la duración total del CD apenas supera la media hora lo que llama mucho la atención cuando vivimos en una época en la que muchos EPs alcanzan y superan ese tiempo. Lo primero tiene que ver con la calidad media de un trabajo que se queda algo lejos de lo que nos tenía acostumbrado Geffen. Los dos primeros discos de Blackfield fueron ejercicios magistrales de pop bien hecho. El tercero, en el que el músico israelí toma el mando de la nave (y de ahí el título, “Welcome to My DNA”) bajó un poco el listón para llegar al cuarto en el que desciende un peldaño mas. Evidentemente, “Blackfield IV” sigue por encima del nivel medio del pop rock actual pero, a nuestro juicio, supone un pequeño retroceso. No creemos que pueda achacarse al hecho de que Steven Wilson ya no tenga la implicación de antaño pero el hecho es que algo no funciona igual que antes. Esperaremos próximos acontecimientos para comprobar la evolución del proyecto. Mientras tanto, disfrutemos de este disco, que tiene mucho material muy aprovechable. Si queréis haceros con él, lo podéis encontrar en los enlaces habituales.

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